La MarketiNavidad

“And the Grinch, with his Grinch-feet ice cold in the snow, stood puzzling and puzzling, how could it be so?
It came without ribbons.
It came without tags. It came without packages, boxes or bags.
And he puzzled and puzzled ‘til his puzzler was sore.
Then the Grinch thought of something he hadn’t before.
What if Christmas, he thought, doesn’t come from a store.
What if Christmas, perhaps, means a little bit more.

La mercadotecnia nos ha enseñado que la Navidad es para regalar, y que bien vale comprar un gran regalo si queremos causar ese impacto en el familiar o amigo a quien estimamos.

Esta época es de vacas gordas no sólo para los fabricantes de comida, criadores de pavos y entrepreneurs que adornan canastas (anchetas, en Colombia) navideñas, sino también para fabricantes de juguetes, ropa y hasta gadgets electrónicos, pero… ¿qué significa la Navidad para los consumidores?

Vea reseñas desde iPad hasta consolas de videojuegos aquí

Creo que lo primero que me viene a la mente es ese ansiado bono de fin de año (aguinaldo en México), que antes de recibirlo ya lo gastamos en regalos para amigos y familiares, es una época de consumo máximo… pero ¿el consumo es consciente o automático, resultado de un hábito conductual inculcado desde pequeños..?

La cita que precede esta entrada es de Dr. Seuss, un escritor de historietas para niños -y no tan niños- que nos deja un mensaje sobre el verdadero significado de la Navidad… Sin entrar en discusiones religiosas o paganas sobre los orígenes de esta celebración, lo que ha significado para mi es la reunión con todos aquellos seres queridos dentro de un plano de convivencia de armonía, alegría y abundancia.

Recuerdo con nostalgia en mi infancia (pre-adolescencia más bien) que recurrentemente salía en la tele un anuncio del Instituto Nacional del Consumidor (hoy Profeco) que rezaba: Regale afecto, no lo compre.

Hoy más que nunca, entre tantos acontecimientos sociales y concientizadores al respecto de lo que sucede en nuestro planeta, con lecciones muy fuertes al respecto del consumo, pregunto: ¿debemos abrir el corazón en vez de la billetera?

Tal vez podría yo migrar a un ser responsablemente consumista, pero sin duda Santa Clos (Papá Noel) no olvidará traerle ese triciclo a mi hija.

Y que quien esté libre de pecado -o sin la billetera ‘armed & ready’- que aviente la primera piedra.

PD: Un buen consejo de qué hacer en Navidad, aquí.

Acerca de Pablonline

Amante de los fenómenos de consumo. Blogonauta.
Esta entrada fue publicada en General y etiquetada , , . Guarda el enlace permanente.

3 respuestas a La MarketiNavidad

  1. GR dijo:

    Parece un cliché decir «regale afecto no lo compre» pero el verdadero cliché es regalar porque un calendario marca una fecha redundante. Yo recuerdo mis navidades infantiles con toda la ilusión de abrir mis regalos que, obviamente tenían que ser juguetes. La cena era bonita y los abrazos, el árbol, pero todo era un preámbulo a la ilusión material. No digo que esté mal, pero anhelaba objetos antes incluso de saber lo que le costaban a mi pobre padre.
    La política mundial, sobre todo la capitalista, está enfocada al movimiento económico sustentado en el consumo, cosa que beneficia sobre todo a las grandes empresas y grupos financieros. No puedes construirle un triciclo a tu hija, (bueno, a lo mejor sí, jaja), tendrás que comprarlo, pero quizá si sea importante también hacerles propaganda, a los pequeños de este mundo, sobre los regalos hechos a mano o recogidos del campo o, por qué no, reciclados. Son ellos, más que nosotros, los que pueden romper los malos hábitos de la sociedad manipulada por grupos elitistas.
    Creo que también por eso debemos valolar la existencia de un organismo gubernamental como es la PROFECO, que aún estando en manos de un gobierno capitalista sigue desarrollando funciones, al parecer, en beneficio real del consumidor, y me hace pensar en que ahorrar quizá no tiene que ver tanto con nuestro poder adquisitivo sino con nuestra consciencia de la evolución de la economía que nos permita ver que nuestros hábitos y tradiciones son finitos y muy poco renovables.
    También es una buena fecha para que seres tacaños, como yo, regalen algo aunque sea una vez en el año. jaja.
    Vaya chorizote he escrito. Bueno, felíz navidad.

    • Pablonline dijo:

      Es cierto lo que dices, pero yo ya experimenté algo así cuando, regresando de un viaje a Lima, le compré una muñeca hecha por los indígenas Quechua -quienes te cuentan la historia de los materiales naturales con los que está hecha, y que se comercializa a través de una fundación que cuida a los niños indígenas desamparados-, y la verdad no le hizo mucho circo.
      Lo que creo es que ‘los grandes’ (añade aquí capitalistas, marcas, fabricantes, monopolios, la lista es tan larga como quieras) tienen a su favor todos los recursos para diseñar, enfocar sus estrategias, usar los mejores colores y los más diversos trucos publicitarios para que, como mi hija… adore su Mickey Mouse más que la muñeca indígena. Es un caso aislado pero bien vale la muestra.
      Gracias por escribir y feliz Navidad también hasta Madrid.

      • GR dijo:

        Eso es verdad, los recursos de las grandes empresas son casi ilimitados. ¡Pero igual la compraste! Prueba construirle una marioneta con un calcetín y que vea ella el proceso. Quizá el resultado no sea el mismo.

Deja un comentario